Cría responsable
Cría responsable
Te explicamos paso a paso cómo es nuestro procedimiento de cría responsable.
Si tienes alguna duda, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
Entrevarales nace por el año 1990 de la pasión por la raza cocker.
El carácter divertido, juguetón, cariñoso, fiel, sociable y sobre todo familiar, junto su aspecto señorial de aires de nobleza, fue lo que nos enamoró de esta raza y lo que nos ha llevado a estar vinculados junto a él hasta el día de hoy.
Nuestro trabajo se basa en el amor por los animales, siendo para nosotros un orgullo poder compartir tantos momentos inolvidables junto a ellos.
Nuestro programa de selección es bastante exigente y riguroso tanto para los padres como para las madres, centrando especial importancia en el comportamiento puro de un cocker y en su línea más bella de exposición.
Para la selección de una futura mamá, realizamos varias pruebas de comportamiento en cada etapa del ciclo de desarrollo de la mamá, siendo una de las pruebas más importantes el test de Campbell entre otras.
Cada futura mamá debe superar su primer test de comportamiento y morfológico, que se lleva a cabo durante los primero dos meses de vida y que se corresponde con la etapa lactante.
Las futuras mamás que han superado esta primera prueba, deben pasar por una segunda prueba de comportamiento y desarrollo morfológico, que se corresponde con la etapa de adolescencia o maduración sexual, cuando cumple el primer año de vida.
Por último, las futuras mamás que han superado las pruebas anteriores, tienen que pasan por otra prueba más, esta vez sólo de comportamiento, que se realiza en la etapa de adultez o madurez sexual y que tiene lugar a partir de los dos años.
Con el resultado positivo en cada una de las pruebas realizadas durante todas las etapas de su desarrollo, garantizamos que la futura mamá cumple con los estándares más puros de esta raza y que redundará muy positivamente en la aportación genética a todas sus descendencias.
Para los machos reproductores se exige la misma política de selección.
Todos los machos se incorporan de líneas de sangre que no compartan ningún tipo de parentesco con nuestra línea de sangre, evitando así la consanguinidad entre los reproductores.
Llegado el momento de la maduración de la mamá y que se corresponde con los dos años y medio, será considerada como mamá fértil.
Todas las mamás tendrán un descanso de dos años entre cada uno de sus partos, siendo el número máximo de partos a realizar de tres en toda su vida.
Las mamás que han cumplido con sus tres partos y que aún se encuentran en la mitad del ciclo de su vida, ya no se vuelven a reproducir y pasan a un estado de compañía.
Gracias a los acuerdos que tenemos con residencias de personas mayores, jubilados y familias desfavorecidas, las mamás son adoptadas para disfrutar el resto de su vida del amor de todas estas personas.
Nuestra política de bienestar requiere que nuestros cocker dispongan de espacios abiertos en los que se puedan ejercitar y socializar entre sí y que puedan vivir en un estado de libertad.
Por el día se encuentran en los espacios que tenemos reservados para su esparcimiento y que abarca unos 5.000m2 de praderas.
Por la noche se recoge dentro de las instalaciones en un espacio independiente por cada cocker, donde se alimenta y descansa confortablemente.
Con el afán de cuidar y mantener hasta el último detalle del carácter puro del cocker, en los periodos estivales, todos los cocker salen al campo frecuentemente para fomentar su instinto de caza y su relación con el medio ambiente.
Todos los cachorros siguen rigurosamente el protocolo del plan de vacunación animal establecido por el organismo público competente.
Se entregan con todas las vacunas reglamentarias, siendo las más importantes la vacuna del “moquillo” y la vacuna del “parvovirus”
Se realizan dos desparasitaciones internas, una al destete y otra días antes a la entrega.
Se realiza una desparasitación externa con productos exclusivos de cachorros.
Cada cachorro estará identificado con un microchip y pasaporte europeo y este será activado a nombre del futuro dueño a través de REIAC, Red Española de Identificación de animales de compañía.
Se entregará la inscripción del pedigree L.O.E por la RSCE, Real Sociedad Canina de España.
Hasta que no se administre la última vacuna del refuerzo, aproximadamente a los tres meses de edad y esperando unos 5/7 días para que se inmunice completamente, habrá que tener precaución de que el cachorro no tenga contacto con las heces de otro perro, evitando así que pudiera infectarse de alguna enfermedad, ya que su sistema inmune aún no está totalmente desarrollado.
Dependiendo de los requerimientos de la provincia donde vaya a vivir el cachorro, se deberá completar su ciclo de vacunación con aquellas vacunas que te recomiende tu centro veterinario de confianza.
Durante las primeras semanas, es importante mantener la misma alimentación que tenía en nuestro centro, tanto de pienso como de agua.
Los perros adultos y sobre todo los cachorros, no asimilan bien un cambio radical en la composición de su alimentación, por lo que cualquier cambio que realicemos debe hacerse de forma gradual, mezclando la primera semana un 70% del pienso actual con un 30% del nuevo pienso, si el perro lo asimila bien, a la semana siguiente, mezclar un 30% del pienso actual con un 70% del nuevo pienso y por último si el resultado es satisfactorio, a la tercera semana ya podemos suprimir el pienso inicial.
El agua de una zona o ciudad a otra, puede ser totalmente distinta y para evitar trastornos en el tracto digestivo en los primeros días de adaptación, se recomienda suministrar agua embotellada mineral.
Esta recomendación también debemos llevarla a cabo cuando viajamos con nuestro cocker.
El cachorro se entrega totalmente destetado y su alimentación exclusiva debe ser a base de pienso sólido.
A diferencia de otros animales, la sudoración de los perros no se realiza a través de la piel, sino por las almohadillas de sus patas.
Este mecanismo para eliminar el calor no es suficiente y con frecuencia jadean deprisa sacando la lengua, lo que hace que el vapor de agua caliente que llega de los pulmones, al tener contacto con la lengua a una temperatura inferior, se condense y disminuya la temperatura de la sangre que circula por la lengua y así del propio animal.
Al carecer de glándulas sudorípara en la piel se recomienda no abusar de baños frecuentes, sino cuando realmente le hace falta para evitar dañar así su piel.
El cachorro cuando se entrega va completamente limpio y no debe bañarse hasta terminar el ciclo de vacunación a partir de los 3 meses y si hiciera falta siempre podremos utilizar toallitas para tal fin.
Todos los cachorros de nuestro centro se encuentran socializados y con un grado de independencia que asegura una buena adaptación a su nuevo hogar, por lo que no es recomendable que durante los primeros días y días posteriores, rompamos ese equilibrio abusando con una atención constante y pasando largos periodos con el cachorro cogido en los brazos.
Que el cachorro se sienta sobreprotegido y por ello requiera de nuestra atención continua, provocará que tienda a aullar en edad de cachorro o a ladrar cuando sea adulto, arañar la salida de su cuarto cuando se encuentre sólo en casa, también es un síntoma de esta mala práctica.
Para evitar esta situación psicológica de ansiedad por separación de nuestro cachorro y que pudiera derivar en un trastorno agudo de su conducta por un error inicial en la educación del mismo, nuestra recomendación es enseñar a tu cachorro a pasar espacios de tiempo el sólo en casa o en un cuarto separado, en el caso de estar acompañado.
Los primeros días estará incómodo, pero pronto se adaptará a nueva situación.
La segunda recomendación para su correcta educación es cuando nuestro cachorro llega por primera vez a su nueva casa y necesita defecar u orinar.
El sentido del olfato del perro es 1.000 veces más sensible que el de los humanos, siendo capaz de distinguir olores por cada orificio nasal de forma independiente y así saber la dirección del mismo.
El cachorro mostrará un estado de nerviosismo y en ocasiones girará en círculos, esto es una señal de que el cachorro va a defecar u orinar.
Si conseguimos anticiparnos, cogeremos el cachorro antes de que vaya a defecar u orinar y lo llevaremos inmediatamente al lugar establecido en el domicilio para tal fin.
Colocaremos el cachorro sobre un empapador y esperaremos a que lleve a cabo su tarea.
Acto seguido, dejaremos el cachorro aislado en el lugar que ha defecado u orinado, durante un periodo de 15 minutos sin retirar las heces u orinas, pasados los cuales ya le podremos dejar que vuelva con nosotros.
Esta operación habrá que realizarla las veces que sean necesarias hasta que el cachorro adquiera este hábito en el mismo lugar.
Si no conseguimos anticiparnos y el cachorro defeca u orina en cualquier espacio del hogar, con un empapador recogeremos las heces o la orina y lo llevaremos junto con el cachorro al lugar establecido para este fin y al igual que en el caso anterior, dejaremos al cachorro aislado junto con las heces u orina durante unos 15 minutos, pasados los cuales igualmente le dejaremos que vuelva con nosotros.
En este caso a diferencia del caso anterior, debemos limpiar exhaustivamente la zona donde defecó u orinó el cachorro.
Teniendo en cuenta la virtud del olfato de los perros, debemos utilizar productos que consigan eliminar cualquier rastro de olor que evite que nuestro cachorro se pueda orientar y asociar a este lugar como la ubicación para hacer sus necesidades.
Siguiendo estas recomendaciones, siempre y cuando el cachorro tenga total libertad para llegar por sus propios medios, sin ningún tipo de obstáculo físico al lugar de la casa destinado para hacer sus necesidades, el periodo de adaptación no será superior a dos o tres días.
Por nuestra larga experiencia, sabemos que no hay perros malos sino mal educados, por lo que todo el tiempo que se invierta desde la edad de cachorro en su educación, redundará favorablemente en su comportamiento cuando sea adulto.